Los
textos dicen mucho más que las palabras, oraciones, frases y párrafos que salen
de ellos. Leer los textos de una forma un poco más minuciosa de lo habitual nos
permite ver en el fondo imágenes, personas y hechos que no son nombrados ni
relatados en ellos, y sin embargo, se nos pone ante nuestros ojos, irrumpen
nuestros recuerdos y dependiendo de lo que se nos muestra, nos llenan de
nostalgia, alegría, rabia, odio.
También hay relatos que realizan un
vaivén entre la ficción y la realidad y viceversa, una rea-cción;
realidad-ficción. En estos relatos, los personajes, hechos y lugares no
pertenecen a una sola dimensión; sufren una metamorfosis, colocan máscaras,
cambian de nombre; y sin embargo son los mismos, porque la realidad supera a la
ficción.
Ese contubernio entre la realidad y
la ficción, entre el pasado y el presente y esa lucha entre la memoria y el
olvido, es lo que encontré en la obra reciente de Anibal Barreto Monzón, LAS
FIESTAS PRIVADAS, que recién terminé de leer entre otras tantas ocupaciones
propias de un proletario. ¿Encontré lo que pensaba encontrar? No, encontré lo
impensable, lo terrible, lo inimaginable. Relatos que necesariamente nos llevan
a preguntarnos "¿Será que fue tanto así"?, "¿Fueron tan
malos?"; preguntas inquietantes que encuentran respuestas al hojear los
libros o los periódicos de la época reciente. No, no eran así, eran peores; es
la respuesta que uno termina encontrando.
Tapa de la novela |
"Dura novela", la
describen los expertos, otros alegan haber leído en unas horas o en un par de
días. A mí me llevó un par de meses, porque llegaba momentos en que no podía
seguir. LAS FIESTAS PRIVADAS, difícil de caracterizar, complicado de
"calificar". Sin embargo, considero que es una lectura más que
necesaria. ¿Es fuerte la historia? Es terrible, pero leyendo más y más sobre
los pormenores, uno termina diciendo: nada más cerca de la realidad. Lectura
necesaria decía, porque esta sociedad, la nuestra, que aún no rompe con su
cordón umbilical con el stronismo, necesita saber de lo que significó la
dictadura de 35 años, para de esa forma destruir mitos y apuntar a una
construcción de una democracia más real, no simplemente de fachada.
¡Enhorabuena Anibal!
Aníbal Barreto, el escritor en su bicicleta |
(*) Opinión vertida en las redes sociales en ocasión a la lectura de la novela Fiestas Privadas.
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