El guaraní en los primeros años de vida independiente
(1811-1870)
Artículo publicado en el Correo Semanal de Última Hora (16/01/15)
En la entrega anterior se había
señalado que a pesar de que el idioma guaraní era hablado por la inmensa
mayoría de la población paraguaya, la política de las autoridades coloniales
había apuntado en todo momento a su eliminación. Con la independencia nacional,
la misma no cambió, ya que como alude Bartomeu Melià en su obra Una nación. Dos culturas, “(…) la
castellanización de América, se realizó masivamente después de la
independencia.” (1988, p.42). Esta política se observa en el Paraguay
durante el gobierno de la Junta Superior Gubernativa, que en sus Instrucciones a los Maestros de primeras
letras (1812) establecía la
necesidad de desterrar el guaraní.
Esta política de omisión del guaraní
en el sistema educativo perduró durante los gobiernos del Doctor Francia y Don
Carlos A. López. Por dicha razón, a decir de Melià, no existe ninguna
documentación oficial en guaraní desde 1813 y si bien el Dictador lo toleró, no
incentivó su uso en las escuelas, donde se enseñaba en castellano a una
población mayoritariamente guaraní hablante. (2014, p.428). A su vez, durante el gobierno de Don Carlos se
apuntó a la masificación del uso del castellano, llegándose a imponer ciertos
castigos a los que hablaban el guaraní en las escuelas, aunque en otros ámbitos
era de uso corriente. Por otra parte, el Decreto del 7 de octubre de 1848, además
de la supresión de los pueblos de indios “(…)
obligaba a la castellanización de los nombres y apellidos indígenas, como parte
de la política de integración socioétnica de los indígenas.” (Velázquez,
p.116). Según Melià, paradójicamente esta
disposición masificó aun más el uso del guaraní. Por dicha razón, afirmaba
Germán de Granda que “El guaraní es (…),
la auténtica lengua del Paraguay, hablada por todos sus habitantes (…)”
(Melià, 2014, p.439)
La revalorización oficial del idioma
guaraní se produjo (aunque brevemente) durante la Guerra contra la Triple
Alianza. Es más, fue durante el conflicto que se realizó la primera Convención
sobre el idioma guaraní en Paso Pucú (18 de mayo de 1867) con el propósito de
establecer la ortografía a utilizarse en los periódicos de trinchera, como El
Centinela y Cabichuí (bilingües) y Cacique Lambaré (posterior Lambaré), escrito
por completo en guaraní. El guaraní escrito perduró hasta la desaparición de
los mencionados periódicos, a finales de 1868.
Cabichuí, semanario bilingüe aparecido el 13 de mayo de 1867 |
El guaraní en la posguerra
La ofensiva abierta contra el
guaraní volvió y se intensificó en la posguerra contra la Triple Alianza. Tales
ataques pueden observarse ya durante la Asamblea Nacional Constituyente cuando
uno de los convencionales mocionó que a
los asambleístas del interior del país se les permitiera expresarse en guaraní,
pedido que fue ignorado por completo. Además, el propio Triunvirato en uno de
sus decretos prohibió que se hable en
las escuelas el guaraní. (Decreto del 7/3/1870), permitiendo solamente el uso
del castellano en las mismas.
Durante el novecentismo paraguayo,
las posturas hacia el guaraní se fueron diversificando, aunque algunos
intelectuales como Manuel Domínguez seguían considerándolo como “enemigo del
progreso” y lenguaje propio de las clases inferiores, llamando a una “guerra
sin cuartel” en su contra. (Velázquez, pp.120-121). Pero al mismo tiempo,
aparecieron figuras como Guido Boggiani, quien a diferencia de Domínguez (para
quien era imposible la enseñanza de las ciencias en guaraní), consideraba que las ideas científicas podían
expresarse en dicho idioma. (Acosta, 2013, p.97). En ese contexto, resalta la
percepción de Rafael Barrett (1876-1910) sobre el tema, quien afirmaba que “(…) Contrariamente a lo que los enemigos
del guaraní suponen, juzgo que el manejo simultáneo de ambos idiomas
robustecerá y flexibilizará el entendimiento” (2011, p.29). Resulta paradójico que
justamente un extranjero tuviese en aquella época una visión más amplia sobre
la cuestión. Aun así, en el centenario
de la independencia, muchos seguían viendo al guaraní como “un factor que impedía el progreso de la educación”. (Velázquez, p.118)
Desde 1920 a la actualidad
Si bien algunas publicaciones -como Ocara Poty cue mi (1922)- permitieron la
divulgación canciones y poesías, fue con la Guerra del Chaco (1932-1935) que el guaraní volvió como “lengua del pueblo paraguayo”,
apunta Melià (p.440). Con la Revolución de 1936 que llevó al Cnel. Rafael
Franco al poder se tomó nuevas medidas hacia el guaraní, tomado como elemento
de identidad nacional. Su revalorización se dio, por sobre todo, a través de
algunos periódicos surgidos en esa época que solicitaban “Guaranitizar y Nacionalizar” el país. (González, p.102).
Como habíamos señalado al principio, fue recién en 1967
que se reconoció al guaraní como “idioma nacional”, pero con dicha medida su
situación no cambió mucho. Recién en 1992 se convirtió en idioma oficial junto
con el castellano, pero aun así, como analiza Melià, el enfoque dado a su
enseñanza (como la creación de neologismos), provocó (y sigue provocando) más
rechazo que aceptación. (2014, p.442). Agrega
además que “(…) la falta de investigación
lingüística, su bajo grado de normalización, la poca competencia en la
didáctica de la lengua (…), la ausencia (casi total) en los medios de
comunicación…”, etc; son los problemas que debe superar el idioma guaraní
para que su carácter oficial realmente sea visible. (Ídem). Queda aún mucho
trayecto por recorrer para que el guaraní, la lengua mayoritaria y perseguida,
tenga el lugar que le corresponde.
Fuentes
consultadas: Relaciones entre
autoritarismo y educación en el Paraguay 1869-2012. Un análisis histórico.
(Primer volumen 1869-1930); de David Velázquez Seiferheld; Historia del Paraguay de Ignacio Telesca
y otros (Cap. Historia de la Lengua
Guaraní) y Una nación. Dos culturas, de
Bartomeu Melià, s.j.; Posguerra contra la
Triple Alianza, de Gustavo Acosta; El
Dolor paraguayo, de Rafael Barrett, y El
gobierno de 1936 y su proyecto de identidad nacional, de Erasmo González.
muy interesante
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