Breve descripción de la economía de los pueblos indígenas de la actualidad, sus realidades, problemáticas, proyectos...
Primera parte: Economía guaraní.
Segunda parte: Economía indígena chaqueña.
Primera parte: Economía guaraní.
Segunda parte: Economía indígena chaqueña.
Un aché llevando a cuestas la parte superior de un tapir. Fotografía de Bjarne Fostervold (1982) |
Actividades
económicas de los pueblos indígenas actuales
La población indígena, conforme a la
Encuesta a Hogares Indígenas realizada en el año 2008, era de 108.308 personas,
agrupados en cinco familias lingüísticas que son las siguientes: Zamuco,
Mataco, Maskoy, Guaicurú y Guaraní. Ahora analizaremos las actividades
económicas de dichos pueblos para
entender el grado de monetarización de sus economías y analizar sus
implicancias con sus parámetros culturales.
Distribución histórica de las poblaciones indígenas según la familia lingüística |
La economía de
los actuales indígenas guaraníes
Sobre esta familia lingüística
podemos decir que, “los guaraníes de hoy tienen todas las características de
una población rural, aunque diferente del campesinado paraguayo. El hecho de
estar en zona poco pobladas permitió que se mantuvieran más aisladas y
conservaran su modo de vida tradicional en lengua, religión y estilo de vida”
(Melià, 2011, p.575).
También encontramos que los
guaraníes viven en comunidades en las que prácticamente no tienen cabida
personas de otra etnia, por lo común sus casas están separadas y no forman
núcleos, aunque tampoco están dispersas unas de otras.
Cabe señalar que hasta hace poco
tiempo, no era común ver familias indígenas viviendo en las ciudades. Los
primeros asentamientos que fueron apareciendo fueron los de los Mbyá y los
Avá-Guaraní. Sin embargo, no se puede hablar de una tendencia bien definida ni
general de la urbanización de las familias indígenas, pues todas viven en
condiciones de miseria y con alarmantes necesidades insatisfechas (Melià, 2011, p.577).
Así encontramos que al desaparecer
su fuente de subsistencia, el bosque y la tierra, los Guaraní no están teniendo otra
alternativa que convertirse en asalariados rurales o migrar a las ciudades.
“Numerosas familias no cuentan con tierras propias, están aun asentadas en
propiedades particulares o no regularizadas legalmente, con la constante
amenaza de ser expulsados por los propietarios de las mismas (…)” (Rehnfeldt, 2011, p.589).
Respecto a los Avá-Guaraní de los departamentos de Canindeyú, Alto Paraná y San
Pedro, serían el pueblo que manifiesta mayor contacto con la sociedad nacional
por una larga tradición de trabajo temporal en los yerbales y estancias de la
zona. “Entre ellos es preocupante el abandono de su lengua propia (…),
conflictos serios con campesinos paraguayos que intentan apropiarse de las
tierras indígenas y con los grandes latifundistas o áreas de ocupación
brasileña” (Melià, 2011, p.577).
Hoy en día los Avá Guaraní plantan
pequeñas chacras donde talan los árboles y usan sistemas de cultivo
tradicional, sin la remoción de la superficie del terreno. “Cultivan
tradicionalmente la mandioca dulce, muchas variedades de maíz, batata,
frijoles, maní, calabaza, banano, mamón, melón, yerba mate y caña de azúcar
(…)” (Zanardini, 2010, p.60).
Un aspecto interesante a resaltar
para entender las implicancias de la monetarización de su economía es el
intento de desarrollar cultivos de valor comercial como el arroz, algodón y la
soja, con escaso o nulo resultado. Según Zanardini, esto sería a causa de que
“los indígenas no están acostumbrados a la aplicación de sistemas crediticios,
que frecuentemente son sostenidos por usureros” (2010, p.60).
Sojeros de la comunidad indígena Avá guaraní de Acaraymí Foto Abc Color |
La recolección de miel sigue siendo
de gran valor para los Avá Guaraní, lo mismo que la carne silvestre. En la
actualidad también crían gallinas, guineas, pavos, cerdos y en algunos casos,
ganado vacuno. “En los últimos veinte años, el trabajo asalariado ha adquirido
una importancia decisiva en la economía guaraní. Los indígenas salen de sus
comunidades para ofrecer su fuerza de trabajo como changadores en los
establecimientos agrícolas de la zona, donde se les emplea para las tareas de
limpieza de campos, carpida y otras similares"(Zanardini, 2010, p.60).
Desalojo de una comunidad Avá guaraní de Canindeyú (2014), triste realidad que siguen experimentando muchos pueblos indígenas de nuestro país. (Foto Abc Color) |
Por su parte, cuando hablamos de los
Mbyá, encontramos que hasta la
década del 60 aproximadamente aun no estaban en contacto real con la población
paraguaya. Nos dice Melià (2011, p.577) que “(…) sólo la colonización rápida y
atropellada de menonitas y programas de colonización de los últimos 50 años,
que conlleva la deforestación masiva para la agricultura de exportación y
estancias de ganado, ha afectado seriamente su hábitat y modo de vida (…)”.
Esta descripción nos hace entender el porqué vemos a familias
enteras Mbyá deambulando por las calles de las ciudades.
Niños mbyá deambulando por las calles asuncenas (Foto Abc Color) |
Por ello, dice Zanardini “Poco se ha hecho aún por facilitar su adaptación
a la vida civilizada y no siempre han sido objeto de la consideración que se
merecen. El incremento que han tomado en
estos últimos años las explotaciones forestales y la consiguiente disminución
en el número de animales silvestres, ha afectado adversamente su economía; y,
en parte debido al hecho de carecer de tierras propias, ha llegado a menguar su
amor a la agricultura, cultivando en la actualidad, apenas lo imprescindible
para vivir. (2010, pp.107-108)
Sin embargo, a decir del estudioso citado más arriba, la disminución de la
capacidad productiva del Mbyá como agricultor se debe también al “relajamiento
de la cohesión y disciplina tribales y la virtual desaparición del cacicazgo,
nadie impone la ley que antaño regía sobre el área mínima a cultivarse” (…)
(2010, p.108).
Por todo lo mencionado, no es de
extrañar que a pesar de ser originariamente un excelente agricultor, el Mbyá
actual sólo cultive lo suficiente para no morir de hambre. A pesar de todo,
existe todavía esa obligación sagrada de dar de comer a todos los miembros de
la tribu que llagare a la aldea, al tapýi, y esa situación trae como
consecuencia que “muchos que se alejan de las tolderías en época de siembra,
(…) vuelven los meses flacos a consumir el fruto de las labores que prefirieron
dedicarse a las faenas agrícolas. (…) (Ídem)
En ese sentido, se puede afirmar
que estos problemas no son propiamente de los Mbyá, sino de la mayor parte, por
no decir todos los pueblos indígenas del Paraguay. Como señala Melià (1988, p.29)
en su rica obra Una Nación, dos culturas, que el problema indígena no es un problema de
los indígenas, sino un problema que los “civilizados” les hemos creados a los
mismos.
Sin
lugar a dudas, este escenario descrito por Melià en 1988, no ha mejorado desde
entonces y, debido a eso, las palabras dichas por el antropólogo jesuita aun
pueden aplicarse a la actualidad cuando dice que “el indio está hoy destrozado
y los pasos que le han llevado a esta situación degradante han sido (…) la
pérdida de sus tierras, explotación económica, desorganización socio-política,
profanación de sus creencias religiosas, y la marginación psicológica" (p.30).
En contrapartida, los Päi-Tavyterä, aunque ya habituados con
anterioridad a esporádicos trabajos de changa y peonaje, gracias a la
recuperación de sus tierras ancestrales entraron en un proceso de afirmación
cultural con buenos resultados. Todo esto a pesar de que muchas comunidades
fueron despojadas de sus territorios utilizados luego para cultivos de soja y
arrinconadas en pequeños espacios urbanos (Zanardini, 2010, p.177)
La descripción hecha por Zanardini
nos demuestra claramente la situación de los Päi Tavyterä: “La expansión del
capitalismo brasileño y multinacional, el avance de las fronteras económicas de
la sociedad nacional, el desarrollo de la extracción forestal, el trabajo
agrícola y ganadero, así como la promulgación de leyes de fomento de las
inversiones extranjeras, redujeron a su mínima expresión el modo de producción
indígena. Se deforestaron miles de hectáreas para la venta de madera en rollos
al Brasil, praderizando la zona para ganadería o plantando extensas superficies
de soja para la exportación y también el contrabando al mismo país” (2010;
117-118).
Para paliar esta difícil situación,
surgieron proyectos con el propósito de recuperar sus tierras ancestrales. Así
tenemos que con el Proyecto Päi Tavyterä, se aseguraron importantes superficies
de territorio indígena y se incentivaron los cultivos tradicionales y los
mismos indígenas se capacitaron en la cría de animales para el autoconsumo.
Hoy en día, la mayor parte de las
comunidades Päi Tavyterä tienen economía mixta, es decir, a más de los cultivos tradicionales o la cría
de animales, hacen trabajos de changa asalariados. Tradicionalmente eran
cazadores, recolectores, pescadores y agricultores; los cultivos tradicionales
eran el maíz, la banana, poroto, frutas,
mandioca y batata; hoy en día realizan trabajos de limpieza en el monte, son
hacheros, cuidadores de estancias, etc. Por su parte, las mujeres que viven
cerca de pueblos de paraguayos “(…) realizan trabajos de lavado de ropa, venta
de hierbas medicinales o de productos de la chacra en forma casera y en los
pequeños mercados locales” (Zanardini, 2010, p.122)
Por su parte, entre los Aché la cacería sigue siendo
fundamental, del mismo modo que la recolección. Sin embargo, hoy en día la
economía de este pueblo depende exclusivamente de la situación de sus tierras,
mientras que algunas comunidades realizan el cultivo para el autoconsumo, hay
casos en donde se da la presencia de cultivos intensivos de soja, como el caso
de la comunidad de Puerto Barra Tapy. Dicha actividad económica se complementa
con el cultivo de mandioca, yerba mate, poroto, maíz, etc; además de la cría de
animales vacunos, porcinos y la cría de peces. La economía Aché, y en especial
la de Puerto Barra, seguramente es una de las más monetarizadas entre los
pueblos indígenas de nuestro país.
Cultivo de soja en la comunidad Aché de Puerto Barra Tapy (Alto Paraná) Foto Abc Color |
Por otra parte, la economía de los Guaraní Ñandeva si bien
tradicionalmente eran cazadores y pescadores hoy en día también son pequeños
agricultores. “Las chacras suelen estar a unos kilómetros de la aldea para que
no sean alcanzadas por las cabras, ovejas y burros dañinos. Cultivan varias
especies de poroto (negro, amarillo, blanco) lo mismo que de maíz: avatí
moroti, avatí ti, avatí iu, avatí hovy, avatí pytä y el avatí apua; también
varias especies de zapallo: el andai, el andaka y el sapalu y sandías.”
(Zanardini y Biedermann, 2005)
Por último, encontramos que los Guaraní
Occidentales “Hasta el siglo XX (…) tenían una economía más floreciente que
los demás indígenas locales. Así, por ejemplo, cultivaban once variedades de
maíz, además de batata, poroto, maní, varias clases de calabazas, melones,
sandías y sorgo; también criaban ganado vacuno, gallinas, ovejas y caballos,
como lo menciona Gonzalo Rodríguez. Incluso vendían su maíz en los mercados de
Santa Cruz, maíz que era muy apreciado por la cuidadosa selección de las
semillas y el suelo en que se cultivaba (Zanardini y Biedermann, 2005).
Próxima entrega: Economía indígena chaqueña.
Próxima entrega: Economía indígena chaqueña.
Bibliografía básica:
1.
MELIÀ, B. Pueblos
Indígenas en el Paraguay. Vecinos y Desconocidos. En Paraguay en la Visión de Dos Siglos. 1811-2011, Asociación Cultural Comuneros, Asunción, 2011.
2.
MELIÀ, B. Una
nación. Dos culturas. RP Ediciones – CEPAG, Asunción, 1988.
3.
MELIÀ, B. Pueblos
Indígenas en el Paraguay (Exposición). Centro Cultural de España Juan de
Salazar, Mayo 2011.
4.
REHNFELDT, M. El
Bicentenario y los Pueblos indígenas; una historia de opresión y exclusión.
En Paraguay en la Visión de Dos Siglos.
1811-2011, Asociación Cultural Comuneros,
Asunción, 2011.
5.
ZANARDINI, J. Los
Pueblos Indígenas del Paraguay. Colección La Gran Historia del Paraguay,
Editorial El Lector, Asunción, 2010.
6.
ZANARDINI, J. y BIERDERMANN, W. Los Pueblos Indígenas del Paraguay. (Material audiovisual en CD),
Asunción, 2005.
Obs. En la descripción de las imágenes aparecen los enlaces de los sitios utilizados.
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