(*) Artículo publicado en el Correo Semanal de Última Hora (03/03/18)
El
contexto histórico
En 1976 -año de aquel trágico suceso-, Stroessner ya llevaba
en el gobierno más de dos décadas y se disponía a ejecutar la enmienda constitucional
con el objeto de perpetuarse en el poder, lo que ocurrió al año siguiente. Si
bien la represión ha sido una constante durante los 35 años del stronismo, en la década de los 70 la misma sufrió un
recrudecimiento, fenómeno coincidente con el germen de nuevos grupos
contestatarios al régimen. La Pascua
Dolorosa se halla enmarcada dentro las oleadas represivas ejecutadas en dicho
lapso.
A su vez, en los años 70 se fueron
consolidando las Ligas Agrarias Cristianas, que aspiraban a una autonomía
social y política, proyecto que no era del agrado del régimen stronista. A
propósito, entre las represiones más feroces ejecutadas en dicha década, se
halla el ataque a la Colonia Jejuí -ocurrido en febrero de 1975-, que se ha
detallado en una entrega anterior.
OPM
Según Nickson (2017, p.744), la OPM (Organización Primero
de Marzo u Organización Político Militar),
fue un movimiento guerrillero que se
había formado a principios de los 70 por “estudiantes radicalizados que
buscaban derrocar al régimen de Stroessner”. Alude también que desde 1974 la
OPM creció de forma acelerada, reclutando a miembros del Movimiento Independiente
en Asunción y a activistas de las Ligas Agrarias Cristianas en las zonas
rurales. A principios de 1976, la policía stronista se enteró de su existencia
de forma casual, dando inicio a la razia bárbara por parte de los esbirros del
régimen.
El
caso Joelito Filártiga. La antesala.
Un hecho sangriento protagonizado por la policía
stronista y que se pretendió presentar como un suceso aislado, fue el asesinato
de Joelito Filártiga ocurrido el 30 de
marzo de 1976. La policía torturó salvajemente
y asesinó a Joelito, un muchacho de tan sólo 17 años. El descaro de la
policía fue tal que quiso presentar el asesinato como un crimen pasional. Sin
embargo, gracias a las evidentes muestras de ensañamiento, su padre, el Dr.
Joel Holden Filártiga pudo demostrar –luego de años de lucha- que Joelito fue
víctima del terrorismo de Estado. Esta lucha por la justicia dio origen a la
película “La guerra de un hombre” (1991), protagonizada por Anthony Hopkins y
Rubén Blades.
Caso emblemático: El asesinato de Joelito Filártiga era parte de la represión que alcanzaría a las Ligas. |
El
descubrimiento de la OPM
Pocos días después del asesinato de Joelito, el 3 de
abril de 1976 fue detenido un joven estudiante de nombre Carlos Brañas
–domiciliado en Corrientes-; sus pertenencias fueron requisadas y la policía
stronista se topó con documentos de la OPM. Señala Milda Rivarola (2014, p.62)
que Brañas fue trasladado ese mismo día al Departamento de Investigaciones y
que tras horas de tortura, la policía obtuvo datos cruciales sobre la
organización, como locales y dirigentes. Esa misma noche atacaron una vivienda
en Lambaré en donde fue ultimado Martín Rolón, dirigente de la OPM. Otro asalto
se produjo en una vivienda de Asunción, que causó la muerte de Juan Carlos Da
Costa, mientras que Guillermina Kanonnikoff y su esposo Mario Schaerer Prono
consiguieron escapar. Ambos se refugiaron en un hogar de monjas, pero fueron
entregados por el sacerdote Raimundo Roy, quien creía que los detenidos no
serían maltratados, según indica Colmán (2014, p.39). Schaerer Prono terminaría
muriendo a causa de la tortura. Su
cadáver fue entregado a sus familiares el 7 de abril con signos evidentes de
brutal tortura; Guillermina, por su parte, permaneció detenida arbitrariamente
hasta el 9 de noviembre de 1977.
OPM: La detención y luego el asesinato en tortura de Mario Schaerer extendieron la represión a los asentamientos. |
La
dolorosa pascua en Misiones
Bajo tortura, saltaron los nombres
de otros involucrados en la organización en las zonas rurales. Fue así que
Pastor Coronel envió al subcomisario y célebre torturador Camilo Almada Morel
(alias Sapriza) a reprimir a la pequeña facción campesina de la OPM en la
localidad de Misiones (Rivarola, p.63). En la obra Ko`ãga Roñe`ẽta se lee que “un día cualquiera de abril –plena
Semana Santa- llegan a nuestras compañías agentes de policía de Asunción (…),
quienes (…) empiezan a recorrer casa por casa de cada uno de los integrantes de
las Ligas Agrarias y se lo llevan (Telesca, 2014, p.107). En un sitio conocido
como Abraham Cue, “Sapriza” abrió un centro de reclusión clandestino, donde
fueron a parar centenares de campesinos, acusados de tener relación con la OPM.
En total 17 personas fueron ejecutadas, siendo la mayor parte de ellas
campesinos apresados en la cárcel de Abraham Cue, alude Alfredo Boccia en su obra
El Aparato Represivo (2014, p.55).
Describe la historiadora Margarita Durán que “Uno
de los campesinos desaparecidos durante la Pascua Dolorosa fue Silvano Flores.
El 15 de abril de 1976, en Santa Rosa – Misiones, balearon el rancho donde
vivía, esto obligó a sus ocupantes a salir al patio. Una vez fuera, arrastraron
a Silvano unos 40 metros y atado a un árbol fue sometido a golpes de culata de
fusil y finalmente degollado frente a toda su familia.”
La
represión se extiende
Si bien la represión se produjo entre el 11 y el 18 de
abril, la misma se extendió por varios meses y alcanzó a otros lugares del
país. Centenares de compatriotas pisaron las cárceles del país y sufrieron
inhumanas torturas. Algunos eran
“liberados” de la cárcel solamente para ser ejecutados en oscuras
circunstancias. El asesinato el 12 de enero de 1978 en Asunción de Jorge Zavala,
es uno de los elementos que cierra la represión a la OPM, expresa un informe de
la Codehupy.
Consecuencias
Escribe Alfredo Boccia sobre las
consecuencias de esta oleada represiva que: “En muchos aspectos el Paraguay ya
no fue el mismo después de esta enorme escalada represiva que dejó al régimen
más omnipotente que nunca y a la oposición descreída de la posibilidad de un
cambio político a corto plazo” (p.55). La Pascua
Dolorosa no fue un hecho aislado, tampoco significó la última represión a
las organizaciones campesinas, que aún se daría –por ejemplo- en el Caso
Caaguazú, ocurrida en marzo de 1980. Repasar estos hechos resulta necesario
para aprender del pasado, conservando así la memoria colectiva.
Fuentes:
Diccionario Histórico del Paraguay, de Andrew Nickson; La resistencia armada al
stronismo, de Milda Rivarola; La oposición tolerada y la perseguida, de Andrés
Colmán; Las Ligas Agrarias Cristianas, de Ignacio Telesca; El aparato
represivo, de Alfredo Boccia.
Comentarios
Publicar un comentario