Nací en Ciudad del Este en 1985,
época en que la “cultura literaria” (por llamarlo así) era, para mí, un triste
ausente en esta región fronteriza –no estoy seguro si dejó de serlo–. Crecí en
el seno de una familia donde los libros tardaron en aparecer, pero en la que
nunca fueron extrañas las ganas de leer y conocer. De hecho, si no recuerdo
mal, fue allá por el cuarto grado de la primaria que descubrí la mágica fórmula
de trascender fronteras geográficas y temporales al leer por completo mi primer
libro, uno que cayó en mis manos sin saber todavía cómo pero cuyo mundo llegué
a visitar y a recorrer en reiteradas ocasiones. Terminé la educación primaria y
secundaria con mucha dedicación –aunque no sin dificultades económicas– y me
postulé para la carrera de licenciatura en Historia, en la Facultad de
Filosofía de la Universidad Nacional del Este. Allí, uno de los lugares que
visitaba de manera asidua era la biblioteca de la facultad. En ese lugar
–ubicado en ese entonces en un subsuelo– llegué a conocer las obras de los
literatos paraguayos, latinoamericanos y a los clásicos universales, que
saboreé con una pasión urgente, y desde entonces no paré de leer. Los libros de
la biblioteca tenían una ficha en la que se registraban los nombres de sus
lectores; entre los libros de novelas y cuentos no era muy difícil encontrar mi
nombre. Y así, entre libros de literatura y de historia terminé la licenciatura
en el año 2009 y desde el año siguiente me dediqué a la docencia en la
secundaria y en la facultad.
Mi primera incursión en el mundo
editorial fueron mis tres textos escolares de Historia y Geografía que fueron
publicados por la Editorial El Mensú (Ciudad del Este) en el año 2013, y que se
siguen utilizando en los colegios con sucesivas reediciones. Ya en el año 2018,
publiqué (con Jhoel Esquivel y Silvio Benítez) el libro “Resonancias:
Pensamiento latinoamericano” (Suindá Ediciones, Asunción), en el que se reúnen
dos docenas de entrevistas hechas en el programa radial online “Generando
Filosofía Radio” (Ñacurutu News Radio Online) a académicos y especialistas de
diversas áreas (filosofía, historia, antropología, arte, literatura, etc.),
tanto de Paraguay como de otros países como Argentina, Colombia y México. “Huellas
perennes” es mi primera entrada al mundo de la novela y ganas no faltan para
que no sea la última.
¿Cómo nace la idea de escribir este libro?
Esta breve historia, quiero enlazar
con el nacimiento de mi primera novela. En ese sentido, la génesis de esta novela
tiene sus peculiaridades que deseo compartir con ustedes. Los primeros esbozos
de “Huellas perennes” fueron concebidos en la tarde de aquel 30 de octubre de
2018, cuando tomé el celular, abrí el Bloc de notas y comencé a desgranar en
forma de palabras aquellas ideas que estuvieron remolineándose en mi mente –y
seguramente en mi corazón– en los días y meses previos. El filósofo y escritor
italiano Umberto Eco dio una vez una “receta para escribir”, en la que una
parte decía “simplemente siéntese bajo un árbol con una hoja de papel carbón
y otra de buen papel de dibujar y, dejando fluir sus pensamientos, escriba dos
líneas. (…) A lo mejor lo que sale al principio no es una novela, sino más bien
un haiku japonés (un poema breve). Pero lo importante es empezar”.
Pues bien, no recuerdo si cuando eso ya sabía de esta sencilla receta, lo
cierto es que ese día me senté en el sofá y empecé a escribir algunas líneas en
el celular. Quizás estaba aquejado del mal que les agarra a los que leen mucho:
el querer escribir. Aquel martes garabateé tres “capítulos”, que terminaron
fusionándose y/o modificándose infinitas veces. Ese embrión narrativo
resultante no tenía contornos definidos, no era cuento ni parecía el principio
de una novela, pero tampoco era un haiku japonés, como temía Eco. Le leí el
escrito a mi señora –que también es una enamorada de la literatura–, le agradó
bastante y eso me animó a seguir. Con el correr de los días y de los meses, pasé
a la computadora y poco a poco la trama ganó consistencia y terminó resultando
una novela con una historia que la traspasa de principio a fin. Creo que a
mediados del año 2020 puse el punto final a la obra y me aboqué a enfrentar los
procesos inherentes a toda publicación, desde la corrección hasta la impresión.
El libro fue publicado a mediados de abril del año pasado, en plena pandemia,
que nos imposibilitó -dicho sea de paso- hacer una presentación del libro por
muchos meses.
¿Qué tipo de novela es “Huellas perennes”?
Un amigo mío y lector de la obra llegó
a definir -acertadamente- a “Huellas perennes” como una novela con un
“trasfondo histórico sin ser historia”. Y es verdad. “Huellas perennes” no es
una novela histórica, pero en el fondo hay un contexto y un proceso histórico
en el que se desarrolla gran parte de la trama. Descubrir ese contexto y
proceso es un desafío –no muy difícil– que lanzo al lector. A lo largo de la
obra se dejan evidencias históricas para que toda persona pueda reconocer el
trasfondo de la historia. Las novelas basadas en hechos históricos, creo que
tienen ciertas barreras infranqueables, como la subordinación a las fechas y
lugares de los acontecimientos, las identidades de los protagonistas, etc. Por
ejemplo, una novela en la que López y Lynch terminan sus días felices en Europa
luego de la Guerra Grande podría catalogarse de cualquier manera, menos como una
novela histórica. “Huellas perennes” hace uso de la historia, cuenta una
historia, algunos de sus personajes se basan en personas que existieron, pero
no conoce los límites cronológicos y geográficos a los que está ceñida una
novela histórica; creo que uno de los objetivos fue justamente tener mayor
flexibilidad en la narración de los acontecimientos.
Pero, ¿de qué trata “Huellas Perennes”?
Esta pregunta me hice ya varias veces
y aun hoy no puedo responder con precisión. No obstante, creo que los lectores
que me han honrado con su lectura han encontrado sus respectivas respuestas, y
todas –absolutamente todas– muy válidas. Para uno, es un libro “que toca los
distintos problemas sociales y muestra cómo los poderosos tienen un factor
común dominante: el maltrato a los débiles”. Para otro, una novela “con
profundo sentido humano, un encuentro con el desarraigo, lo nuevo y la
incertidumbre controlada en cada episodio que desparrama ese éxodo imparable de
nuestra gente del campo a la ciudad”. De mi parte, puedo ensayar una
respuesta diciendo que es un libro que quiere ser leído y con un afán irrepetible
de dejar perennes huellas, como las que cargan en sus espaldas los distintos personajes
de la obra: perdurables huellas que no conocen tiempo ni espacio.
Entonces, ¿cuál es la importancia de la lectura para mí?
(*) PONENCIA: IMPORTANCIA DE LA LECTURA – PRESENTACIÓN DE “HUELLAS PERENNES” - BIBLIOTECA MUNICIPAL DE CIUDAD DEL ESTE (24/10/2022)
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